¿PARA QUÉ DIABLOS NOS EDUCARON?
Aún recuerdo cuando hace muchos
años, más de los que quisiera recordar, reprobé cada una de las asignaturas en
un periodo, salvo una: música... la reacción de mi mamá no se hizo esperar, me
dijo: "Perfecto, mañana lo mando a la ópera".
Analicemos un poco este incidente
que como diría Les Luthiers, no solo es verídico, sino que también es cierto.
Reprobé matemáticas, español, historia, geografía, cívica (sí, en esa época
enseñaban como ser buenos ciudadanos), geometría.... ¿Por qué? ¿Qué me llevó a
reprobar tanta cosa? Aprobé música. ¿Cómo? Nunca he tenido una facilidad
particular para eso... Incluso cuando canto el himno nacional de México me
suena con la tonada de Adelita...
Y la respuesta de Doña Dolly...
pareciera que la ópera es una especie de castigo, como una deshonra... y tu
hijo? No me hables de él... es cantante de ópera, tuve que desheredarlo. Tal
vez si en lugar de lograr mi compromiso de recuperar matemáticas, historia y
demás (que tampoco cumplí, para ser honesto) me hubieran llevado a una escuela
donde explotaran mi talento, hoy estaría de asesor de Shakira...
Cuando veo esto en retrospectiva
me doy cuenta de algo. Mi mamá me quería castigar en la ópera no por su
desprecio por los artistas, ni por su ignorancia acerca del mundo de las artes
escénicas... lo hizo por lo mismo que nos aqueja a todos los padres hoy en día:
un profundo desconocimiento del futuro. Educamos a nuestros hijos para que
tengan éxito después de 5 años de primaria, 3 de secundaria, 3 de prepa, 5 de
universidad y 3 o 4 de especialidad y maestría... los educamos para que
triunfen dentro de 19 o 20 años, cuando no tenemos ni una sola idea de qué va a
estar pasando en el mundo dentro de 2 años...
¿Qué derecho tenemos como padres
para decirle a nuestros hijos que estudien matemáticas porque a punta de arte
no van a llegar a ninguna parte? ¿Se
imaginan si los padres de García Márquez le hubieran dicho a Gabito a los 7
años: "¡Deja quieto ese lápiz, no escribas más pendejadas y ponte a
estudiar las tablas de multiplicar!"? Tal vez Gabo sería hoy profesor de
secundaria en Macondo y estaría siguiendo la tradición "profesoral"
de andar por ahí castrando la creatividad de sus pupilos.
La escuela de hoy se basa en
premisas falsas. Hace 50 años, ser profesionista era una garantía de éxito. La
gente dejaba la universidad para entrar a una empresa y "tener éxito".
Hoy, la gente se gradúa de la universidad para quedarse en la casa jugando con
su X-Box... Y todos los despreciamos llamándolos "ninis", como si no
fueran el producto de una educación que nosotros creamos, que nosotros
hicimos lo que es hoy y que nosotros seguimos apoyando en nuestra
ceguera, o en nuestro deseo de no ver que es absolutamente inoperante.
Por eso, creo que el hombre nace
creativo e inteligente y la escuela lo educa para que deje de serlo... Sí,
claro nos graduamos, pero se nos olvidó que el hombre es un ser integral, nos
enseñaron que los errores "se pagan", y al hacerlo, nos enseñaron que
arriesgarse es peligroso, con lo que nos quitaron la capacidad de aprender.
Aprendemos de los errores, si no nos arriesgamos a cometerlos, no aprendemos.
Solo seguimos la corriente, somos profesionistas porque nuestros padres lo
fueron, o querían que nosotros lo fuéramos. No seguimos nuestros instintos ni
nuestros deseos. No "nos hacemos caso". Estudiamos una carrera porque
hoy los que la estudiaron hace 20 años tienen buenos puestos y ganan mucho
dinero. Y, ¿en 15 años? Hace 50 años no había médicos pobres... hoy, los que
salen de la escuela de medicina tienen un panorama algo gris, por decir lo
menos.
Juan Pablo Montoya y Michael
Schumacher solo tuvieron que sacar su licencia y hoy son exitosos, aunque eso
no es lo más importante, lo importante es que hoy son felices porque hacen lo
que les gusta. No tuvieron padres que les dijeran: "¡Deja de jugar con
carritos y ponte a estudiar!".
Es hora de que el mundo deje de
ser tan presumido. La ciencia ya ha comprobado que si se acaban las ranas, el
hombre se extingue... en cambio, si se acaba el hombre, el mundo florece. No
somos dueños de nada ni somos los "cuidadores de la creación" ese es
un cuento chino que nos enseñó la iglesia, que dios nos puso como directores de
orquesta en el mundo porque somos muuuuy inteligentes. Y por presumidos es que
buscamos (de buena fe, claro) que nuestros hijos "triunfen", pero eso
sí, que triunfen como nosotros queremos y en lo que a nosotros nos dé la gana, ¡por
ningún motivo pueden hacerlo en la ópera!
Tocas unos puntos fascinantes Juan David. En mi caso Dona Irene queria que nos empaparamos de arte, opera y musica en general para apreciar las artes pero porque ella siempre tuvo interes por ello. Queria "pulirnos" y siempre decia que a la mediocridad toca huirle asi que preferiria mil veces la opera que el vallenato rapido ensordecedor y desesperante de una tarde caliente en Macondo, curioso, la apreciacion por la musica no deberia importer su genero, digo yo. Curiosamente hay abogados y medicos que hoy deciden de un dia para otro que su vocacion y lo que los hace "felices" es ser chefs y dan un vuelco de 180 grados para ir tras esa felicidad. Siempre me genero fascinacion y curiosidad de saber si fueron "victimas" y se dejaron influenciar por sus familiars y estudiaron carreras "respetables" para no ser "perdedores" en la vida....y vamos al mismo punto...no crees?
ResponderEliminar