lunes, 3 de septiembre de 2012


¿PARA QUÉ DIABLOS NOS EDUCARON?

Aún recuerdo cuando hace muchos años, más de los que quisiera recordar, reprobé cada una de las asignaturas en un periodo, salvo una: música... la reacción de mi mamá no se hizo esperar, me dijo: "Perfecto, mañana lo mando a la ópera".

Analicemos un poco este incidente que como diría Les Luthiers, no solo es verídico, sino que también es cierto. Reprobé matemáticas, español, historia, geografía, cívica (sí, en esa época enseñaban como ser buenos ciudadanos), geometría.... ¿Por qué? ¿Qué me llevó a reprobar tanta cosa? Aprobé música. ¿Cómo? Nunca he tenido una facilidad particular para eso... Incluso cuando canto el himno nacional de México me suena con la tonada de Adelita...

Y la respuesta de Doña Dolly... pareciera que la ópera es una especie de castigo, como una deshonra... y tu hijo? No me hables de él... es cantante de ópera, tuve que desheredarlo. Tal vez si en lugar de lograr mi compromiso de recuperar matemáticas, historia y demás (que tampoco cumplí, para ser honesto) me hubieran llevado a una escuela donde explotaran mi talento, hoy estaría de asesor de Shakira...

Cuando veo esto en retrospectiva me doy cuenta de algo. Mi mamá me quería castigar en la ópera no por su desprecio por los artistas, ni por su ignorancia acerca del mundo de las artes escénicas... lo hizo por lo mismo que nos aqueja a todos los padres hoy en día: un profundo desconocimiento del futuro. Educamos a nuestros hijos para que tengan éxito después de 5 años de primaria, 3 de secundaria, 3 de prepa, 5 de universidad y 3 o 4 de especialidad y maestría... los educamos para que triunfen dentro de 19 o 20 años, cuando no tenemos ni una sola idea de qué va a estar pasando en el mundo dentro de 2 años...

¿Qué derecho tenemos como padres para decirle a nuestros hijos que estudien matemáticas porque a punta de arte no van a llegar a ninguna parte?  ¿Se imaginan si los padres de García Márquez le hubieran dicho a Gabito a los 7 años: "¡Deja quieto ese lápiz, no escribas más pendejadas y ponte a estudiar las tablas de multiplicar!"? Tal vez Gabo sería hoy profesor de secundaria en Macondo y estaría siguiendo la tradición "profesoral" de andar por ahí castrando la creatividad de sus pupilos.

La escuela de hoy se basa en premisas falsas. Hace 50 años, ser profesionista era una garantía de éxito. La gente dejaba la universidad para entrar a una empresa y "tener éxito". Hoy, la gente se gradúa de la universidad para quedarse en la casa jugando con su X-Box... Y todos los despreciamos llamándolos "ninis", como si no fueran el producto de una educación que nosotros creamos, que nosotros hicimos lo que es hoy y que nosotros seguimos apoyando en nuestra ceguera, o en nuestro deseo de no ver que es absolutamente inoperante.

Por eso, creo que el hombre nace creativo e inteligente y la escuela lo educa para que deje de serlo... Sí, claro nos graduamos, pero se nos olvidó que el hombre es un ser integral, nos enseñaron que los errores "se pagan", y al hacerlo, nos enseñaron que arriesgarse es peligroso, con lo que nos quitaron la capacidad de aprender. Aprendemos de los errores, si no nos arriesgamos a cometerlos, no aprendemos. Solo seguimos la corriente, somos profesionistas porque nuestros padres lo fueron, o querían que nosotros lo fuéramos. No seguimos nuestros instintos ni nuestros deseos. No "nos hacemos caso". Estudiamos una carrera porque hoy los que la estudiaron hace 20 años tienen buenos puestos y ganan mucho dinero. Y, ¿en 15 años? Hace 50 años no había médicos pobres... hoy, los que salen de la escuela de medicina tienen un panorama algo gris, por decir lo menos.

Juan Pablo Montoya y Michael Schumacher solo tuvieron que sacar su licencia y hoy son exitosos, aunque eso no es lo más importante, lo importante es que hoy son felices porque hacen lo que les gusta. No tuvieron padres que les dijeran: "¡Deja de jugar con carritos y ponte a estudiar!".

Es hora de que el mundo deje de ser tan presumido. La ciencia ya ha comprobado que si se acaban las ranas, el hombre se extingue... en cambio, si se acaba el hombre, el mundo florece. No somos dueños de nada ni somos los "cuidadores de la creación" ese es un cuento chino que nos enseñó la iglesia, que dios nos puso como directores de orquesta en el mundo porque somos muuuuy inteligentes. Y por presumidos es que buscamos (de buena fe, claro) que nuestros hijos "triunfen", pero eso sí, que triunfen como nosotros queremos y en lo que a nosotros nos dé la gana, ¡por ningún motivo pueden hacerlo en la ópera!

1 comentario:

  1. Tocas unos puntos fascinantes Juan David. En mi caso Dona Irene queria que nos empaparamos de arte, opera y musica en general para apreciar las artes pero porque ella siempre tuvo interes por ello. Queria "pulirnos" y siempre decia que a la mediocridad toca huirle asi que preferiria mil veces la opera que el vallenato rapido ensordecedor y desesperante de una tarde caliente en Macondo, curioso, la apreciacion por la musica no deberia importer su genero, digo yo. Curiosamente hay abogados y medicos que hoy deciden de un dia para otro que su vocacion y lo que los hace "felices" es ser chefs y dan un vuelco de 180 grados para ir tras esa felicidad. Siempre me genero fascinacion y curiosidad de saber si fueron "victimas" y se dejaron influenciar por sus familiars y estudiaron carreras "respetables" para no ser "perdedores" en la vida....y vamos al mismo punto...no crees?

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